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jueves, 13 de febrero de 2014

LAS ENEFERMEDADES PSICOSOMATICAS

El término psicosomático hace referencia por un lado a la mente (en griego psique) y por otro lado al cuerpo (soma). Entonces, las enfermedades psicosomáticas son aquellas que se originan en la mente pero que se manifiestan en el cuerpo.

Una persona presenta somatizaciones cuando manifiesta uno o más síntomas físicos y tras un examen médico, estos síntomas no se pueden explicar. Hay que tener en cuenta que dichos síntomas son desmesurados en comparación con lo que la enfermedad ordinaria podría manifestar.

Entre las causas principales que generan este tipo de enfermedades se pueden encontrar en primer lugar causas psicológicas que suponen tan solo un 25% en el desarrollo de estas enfermedades. La ansiedad ante una situación que no podemos controlar, el estrés que genera el ritmo de vida tan acelerado, la baja autoestima unida a la ausencia de seguridad en uno mismo, la depresión que se encuentra ligada a pensamientos negativos o por último situaciones puntuales o que se alargan en el tiempo que nos generan un alto impacto emocional.

El 70% de las causas de estas enfermedades se deben a factores que no podemos controlar, de ahí que se denominen  naturales, entre las que se encuentra el propio funcionamiento del organismo. Aunque también podríamos incluir los malos hábitos de sueño o la falta de ejercicio físico que ayuda a mejorar alguna de las causas psicológicas.

Son numerosos los síntomas que se pueden manifestar en cualquier parte del cuerpo. Desde dolores de cabeza, vértigos, ceguera, taquicardias hasta náuseas, vómitos, estreñimiento, diarrea.

A partir de estos síntomas, podemos llegar a desarrollar por ejemplo dolor abdominal crónico, bronquitis, hipertensión incluso trastornos menstruales. El acné tan común entre los adolescentes puede deberse a una de las causas comentadas anteriormente. 


Carmen Mª Chica





 

jueves, 30 de enero de 2014

TRASTORNO OBSESIVO-COMPULSIVO


Obsesiones. Son pensamientos perturbadores e irracionales -- ideas o impulsos no deseados que se generan repetidamente en la mente de la persona. Una y otra vez aparecen pensamientos molestos, por ejemplo "Mis manos están contaminadas; me las tengo que lavar"; "Creo que dejé la estufa encendida"; "Voy a lastimar a mi hijo." En cierto nivel, la persona sabe que estos pensamientos obsesivos son irracionales, pero en otro nivel teme que los pensamientos sean verdaderos y tratar de evitar esas ideas crea muchísima ansiedad.

Compulsiones. Son rituales repetitivos como lavarse las manos, contar, revisar, acumular o arreglar cosas. La persona repite estas acciones, quizá porque siente un alivio pasajero, pero no se siente satisfecha ni tiene la convicción de que ha concluido la acción. Las personas que sufren del trastorno obsesivo-compulsivo sienten que deben realizar estos rituales o algo malo va a pasar.

En algún momento dado, la mayoría de las personas tienen pensamientos o comportamientos obsesivos. El trastorno obsesivo-compulsivo ocurre cuando alguien siente obsesiones y compulsiones durante más de una hora todos los días, de una manera que interfiere con su vida.

Este trastorno puede sufrirlo todo tipo de personas sin importar su grupo social o étnico, o si es hombre o mujer. Por lo general, los síntomas comienzan durante la adolescencia o en los primeros años de la edad adulta.

Se ha acumulado gran cantidad de evidencia científica que sugiere que el trastorno obsesivo-compulsivo es el resultado de un desequilibrio químico en el cerebro. Durante muchos años, los profesionales del campo de la salud mental supusieron erróneamente que el trastorno obsesivo-compulsivo era el resultado de una "mala crianza" o de defectos de la personalidad, pero en los últimos 20 años se ha comprobado que esto no es cierto. Los síntomas del trastorno obsesivo-compulsivo no se alivian con psicoanálisis ni otras formas de "terapia de conversación," pero sí existe evidencia de que la terapia del comportamiento puede ser eficaz, ya sea por sí sola, o combinada con medicamentos. Las personas obsesivo-compulsivas con frecuencia dicen "por qué" tienen esas ideas obsesivas o por qué se comportan compulsivamente, sin embargo, las ideas y los comportamientos persisten.

Los investigadores clínicos han vinculado ciertas regiones del cerebro con esta enfermedad. Han descubierto una fuerte relación entre la sustancia química cerebral llamada serotonina y la obseso-compulsión. La serotonina es un neurotransmisor que ayuda a que las neuronas se comuniquen entre sí.

Asimismo, en personas que sufren de este trastorno, los científicos han observado un aumento en el metabolismo de los ganglios basales y el lóbulo frontal del cerebro. Los científicos creen que esto causa movimientos repetitivos, pensamiento rígido y falta de espontaneidad. Las personas que sufren el trastorno obsesivo-compulsivo con frecuencia también tienen altos niveles de la hormona vasopresina. Para decirlo de manera más sencilla, hay algo en el cerebro que se ha quedado "estancado", como si fuera disco rayado.

Rocío Gay