¿Cómo sería la vida de una persona que ve
perfectamente, pero que no es capaz de reconocer los rostros de sus seres
queridos? ¿Y el caminar por una calle percibiendo cada detalle pero sin darnos
cuenta de que es el barrio por el que transitamos cada mañana? Esto es lo que
le ocurre a los pacientes que sufren de agnosia.
La agnosia consiste en la incapacidad o la
pérdida de la facultad para reconocer personas o cosas. Implica un déficit en
la atribución de significados a estímulos sensoriales. En estas personas los
órganos sensoriales encargados de la visión, audición o el tacto funcionan
correctamente. Sin embargo, se ve afectada la última fase del proceso
perceptivo, en las áreas asociativas de la corteza cerebral.
Existen distintos tipos de agnosia. Por un lado,
existe la agnosia auditiva, en aquellos pacientes que no pueden reconocer
estímulos que se reciben por la vía auditiva. En el caso concreto de la amusia,
lo que se afecta es el reconocimiento de las características musicales como el
tono, la melodía o el ritmo. También existen la agnosia olfatoria o anósmica, y
la asterognosia, que impide el reconocimiento de los objetos a través del
tacto. Tal vez la versión más dramática sea la agnosia visual, pues quienes la
presentan no reconocen las caras ni los objetos de su día a día.
La agnosia visual suele ser frecuentemente el
resultado de una lesión en el cerebro, concretamente en las áreas receptoras
secundarias situadas en el tálamo. Esta lesión puede deberse a un traumatismo
craneoencefálico, a un accidente cerebrovascular (ictus), meningitis, demencia,
intoxicación por monóxido de carbono u otros desórdenes neurológicos.
Dentro de la agnosia visual hay diferentes
síntomas que o no experimentarse y constituir un síndrome. Muchos de ellos
constituyen en sí mismos diferentes subtipos de agnosias. Lissauer propuso una
clasificación de las agnosias según su etapa perceptiva. Distinguimos de esta
manera dos tipos:
- Agnosia visual aperceptiva: El cerebro recibe
bien la imagen pero es incapaz de acceder a su estructuración perceptiva
(completar formas, emparejar objetos similares…). Interpretan la imagen como
las piezas de un puzzle sin montar, siendo incapaces de ver la imagen como un
todo. Las personas son conscientes de los objetos (saben qué es un paraguas ya
que lo han visto anteriormente y lo han usado) pero si ven uno cerrado pueden
decir que es un bastón (si ven el mango).
- Agnosia visual asociativa: Los sujetos poseen
integridad de la percepción pero poseen un problema de reconocimiento de lo que
ven. Los pacientes pueden describir escenas visuales y clases de objetos, a
pesar de no poder reconocerlos. Pueden, por ejemplo, saber que un tenedor es
algo con lo que comen, pero podrían confundirlo con una cuchara.
De momento no existe ningún tipo de cura para la
agnosia visual, pero una rehabilitación puede mejorar sensiblemente la
situación de quienes lo sufren.
Sonia Estrella
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