jueves, 26 de diciembre de 2013

EDUCACION PARA LA FELICIDAD

¿Se puede enseñar la felicidad? Un artículo nos indican que así es, y para demostrarlo a continuación presentamos una vista global de las investigaciones que han revelado determinadas vías posibles. Si la felicidad vital viene determinada, a cualquier nivel, por ciertas características de la personalidad, de una elección o de una actitud susceptibles de ser modificadas mediante el aprendizaje, resulta entonces razonable pensar que la felicidad se puede aprender. Los investigadores interesados en la posibilidad de educar para la felicidad, se plantean tres preguntas. Primero: ¿Podemos identificar algunos rasgos característicos de la gente feliz, rasgos que podrían ser transmitidos y enseñados a otras personas? Segundo ¿pueden estas personas aprender a desarrollar esos rasgos? Y tercero: si así lo hicieran ¿serían efectivamente más felices?

En efecto, si existen ciertos rasgos comunes en la gente feliz que los demás podríamos aprender, ¿Cuáles son y cómo podemos instruir a los demás para que sean capaces de enseñarlos?

Se han identificado 14 rasgos asociados a la felicidad, que llamaron "los catorce rasgos fundamentales de la felicidad"

Rasgos fundamental 1: ser más activos

Rasgos fundamental 2: dedicar más tiempo a la vida social

Rasgos fundamental 3: ser productivo en un trabajo destacado

Rasgos fundamental 4: organizarse mejor

Rasgos fundamental 5: dejar de agobiarse

Rasgos fundamental 6: adecuar correctamente las expectativas y las aspiraciones

Rasgo fundamental 7: desarrollar un pensamiento positivo y optimista

Rasgo fundamental 8: estar centrado en el presente

Rasgo fundamental 9: trabajar en busca de una personalidad sana

Rasgo fundamental diez: desarrollar una personalidad atractiva

Rasgó fundamental 11: ser uno mismo

Rasgo fundamental 12: eliminar los sentimientos negativos y los problemas

Rasgo fundamental 13: La relaciones íntimas son la primera fuente de felicidad

Rasgo fundamental 14: apreciar la felicidad

Contrariamente a las primeras investigaciones sobre la felicidad, las cuales se centraban en gran parte en las características de las personalidad de la gente feliz, la investigación de la última década se ha interesado más bien en las correlaciones entre el bienestar y los factores más globales, socioeconómicos. Apenas se disponen de datos que pudieran fundamentar una educación para la felicidad. La decepción de los investigadores frente a esos datos objetivos sobre la felicidad ha conducido a algunos a adoptar la opinión de que una gran parte, cuando no la totalidad de la felicidad de una persona descansa en una predisposición genética.

LUCÍA BELTRÁN COBO

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